sábado, 2 de febrero de 2013

Hacer presente el saber de las maestras: prácticas educativas que crean y recrean la vida en las aulas.


Reflexionar sobre alguna de las prácticas educativas que se han ido reconociendo en las maestras, está relacionado con recuperar éstas prácticas para hacerlas reconocibles, pensarlas y compartirlas, y se orienta por el deseo de ir elaborando una genealogía y también por el deseo de hacer reconocible aquello que funciona en las escuelas. De esta manera, tener genealogía es arriesgarse en la búsqueda de un lugar en el mundo no es una tarea solidaria.
Todas las maestras coinciden en la dignidad de su oficio y en su trayectoria docente comparten la experiencia de haber recorrido varios centros y conocer distintas culturas. Además, hay en ellas una preocupación por mantener vivo el deseo de aprender. Por ello la educación requiere ser entendida como un tiempo de iniciación en el que ayudamos al otro a descubrir algo nuevo.
Conversar facilita entrar en la relación con la otra, el otro, lo otro y consigo misma. Conversar  es algo diferente a comentar, charlar y se asemeja al diálogo que siempre es magistral. Así pues, hay dos elementos en la conversación que las maestras cuidan y potencian. El primero es no evitar la raíz de la experiencia educativa, y el segundo mantener abiertas las preguntas y nutrir la búsqueda. En la práctica de conversar no buscan agotar el argumento y exige sentidos de verdad.
Muchas veces parece difícil confiar en que se puede llegar a trabajar y relacionarse en el aula de otra manera, así que forzamos e intentamos controlar el proceso y produce un efecto contrario. Acoger la singularidad supone partir del reconocimiento de los límites pero sin ceder en aquello que nos parece necesario para hacer fructífera la relación educativa. La práctica de acoger la singularidad trata de poner cuidado en aquello que hace posible la relación, y esto implica arriesgarse a abrir otros tiempos y espacios.
La renovación pedagógica también engloba hacer política la educación. Las maestras han mantenido siempre una actitud de búsqueda constante. Por ello, cuando se habla de política se hace referencia a que la vida en relación “me toca” y “me he de responsabilizar”, se asume que no es posible cambiar nada en el mundo. La política y lo político, no es algo que se encuentra más allá de lo que hacen cada día. Hacer política la educación es buscar el camino para que adquiera sentido y relevancia la vida que transcurre entre las aulas.

“Cambiar la escuela para cambiar el mundo”
Es una idea de Inma Coscollá (2004), que me ha llamado mucho la atención. Esta frase es muy verdadera, ya que hoy en día se necesita cambiar la escuela para formar mejores personas. Se necesita cambiar la manera de formas, la manera de exponer los valores para así nutrir a los niños tanto de conocimientos, como de valores y que se formen personas educadas y que quieran tener un buen futuro. Porque según está la escuela hoy en día, se da mucho abandono escolar a diferentes edades y se debe de hacer todo lo posible para cambiarla, y de esta manera cambiar el mundo.
Por otra parte, se debe de cambiar la escuela en cuanto a la cultura y hacer posible la diferenciación de culturas en las escuelas, y exponer y dar oportunidades a todas las personas. 

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